La civilització hel·lenística abarca els països de l’òrbita cultural grega durant el període que va des de la mort d’Alexandre (323 aC) fins a la fundació de l’Imperi romà per August (31 aC), en el si de la qual es va produir un gran auge de la ciència, com ens explica l’Hermínia Feo al seu llibre “Alejandro y la civilización helenística”:
“Entre las condiciones favorables debemos tener presente una vez más el mecenazgo de los soberanos que determinó la creación de institutos de investigación, como el Museo de Alejandría con salas de disección y los jardines zoológico y botánico.
La investigación matemática alcanzó en este período grandes progresos. En este campo, se destacó Euclides quien redactó en Alejandría los trece libros de su obra Elementos. Ordenó las investigaciones anteriores y sistematizó los conocimientos que se tenían en materia de geometría por medio de una serie de teoremas.
Arquímedes de Siracusa se interesó también por las matemáticas y fundó la mecánica racional y la hidrostática aunque debe señalarse que también desplegó una gran actividad en el campo de la mecánica práctica.
Los progresos efectuados en las matemáticas beneficiaron a la astronomía. La extensión del mundo conocido despertó un gran interés por la Tierra, por su movimiento, por sus dimensiones. Admitida la esfericidad de la Tierra, Eratóstenes trató de aplicar un método simple para conocer sus dimensiones. Estimó que Siene y Alejandría se encontraban en el mismo meridiano y comprobó, a la vez, que el día del solsticio de verano los rayos solares caían perpendicularmente sobre Siene mientras que en Alejandría se inclinaban con un ángulo de aproximadamente siete grados. Como conocía la distancia que separaba a las dos ciudades dedujo que la longitud del meridiano era 252000 estadios o sea 39690 kilómetros. Si bien en este método no faltaban los errores, la precisión de los resultados asombró a los investigadores.
También destacó Aristarco de Samos, quien conmovió el ámbito científico con su teoría de que el sol permanecía inmóvil y que la Tierra y los planetas giraban en torno a él. Esta teoría suscitó una gran oposición, sobre todo por parte de los filósofos, y aunque el sistema geocéntrico es el que logra prevalecer, puede considerarse a Aristarco como precursor de Copérnico.
La biología y la medicina experimentaron en el período helenístico importantes progresos. Alejandría fue la sede de la escuela más famosa; en ella se empezó a efectuar la disección, sin duda favorecida por las prácticas de momificación realizadas por los egipcios desde hacía milenios.
Los nombres más célebres en materia de medicina fueron Herófilo de Calcedonia y Erasístrato. Herófilo fue uno de los pioneros de la anatomía, descubrió el sistema nervioso y explicó su funcionamiento; Erasístrato se dedicó al estudio de la circulación.”
Herminia Feo parla al seu llibre també, entre d’altres aspectes, de la vida intel·lectual en general, de la filosofia, de la religió i de l’art durant aquest període. Una lectura molt recomanable.
Oriol López