Estimado, o no, Vicente Casal:
He leído el manifiesto titulado Soy charnego… ¿y qué? del que te declaras autor y que publicó L’Informador en el número anterior. Te he confesar que me causó una enorme preocupación. A menudo he pensado que la clase política sufre mucha tensión psicológica; incluso la experimentáis aquellas personas que, como tú, os dedicáis a ella como hobby (permíteme que, debido a tu corta edad y a tu poca experiencia en el Ayuntamiento, siga considerándote un político amateur). Sin embargo, jamás había leído tal declaración de inestabilidad emocional como la que se transmite en tu texto. Quizá te escriba por esa razón. Deseo que te recuperes cuanto antes porque, en el fondo, soy buena persona y no te deseo ningún mal. Debe ser realmente una carga emocional terrible para ti haber nacido en el lugar equivocado. Ese odio tan profundo hacia todo lo que suena a catalán debe haberte procurado largas noches de insomnio. Ten cuidado porque el mismo trauma sufrió Michael Jackson el día que se miró en un espejo y se dio cuenta de que no era blanco. Sé que es un mal ejemplo porque, a estas alturas, ya debes saber que, mal que te pese, eres catalán.
Lo cierto es que tu caso me ha generado una enorme curiosidad. La comunidad científica lleva años estudiando todas aquellas disfunciones que nos producen conflictos internos. Sé que Sigmund Freud no era español y quizá no te interese su pensamiento (te he de advertir que no era nacionalista catalán, si eso te deja más tranquilo). Pero te voy a explicar brevemente una de sus teorías. Él propuso una estructura de la mente dividida en tres partes: ello, superyó y yo. El ello representa a lo más primitivo. El superyó constituye nuestra parte racional. El yo es una especie de árbitro entre ambas partes. El yo saludable proporciona la habilidad para adaptarse a la realidad e interactuar con el mundo exterior. Queda claro que tu yo tiene menos autoridad que Rajoy.
Vicente, créeme, nunca naciste en Quintanilla de Onésimo. Eres catalán. ¿No te gusta? Cualquier psicólogo te dirá que lo mejor es alejarse del motivo que te genera el conflicto. No conocerás a muchos adictos al tabaco que quieran dejar de serlo y que regenten un estanco. Tampoco es saludable que un obeso mórbido que desee adelgazar pase sus horas de ocio mirando los escaparates de las pastelerías. Y es que para ti debe ser insufrible asistir a los plenos del Ayuntamiento. Verás la Senyera reproducida en cientos de documentos, escucharás a todo el mundo hablar en catalán, en los actos oficiales sonará Els Segadors… Estoy convencido que experimentas todo tipo de reacciones psicosomáticas y ninguna debe ser buena para tu organismo.
Creo que el mejor consejo que se te puede dar es que dimitas de tu cargo en un ayuntamiento catalán y te mudes a algún piso cercano a la calle Génova de Madrid. Verás que en poco tiempo desaparecerá tu disonancia cognitiva y podrás leer el As y el Marca en los bares o escuchar a Camela y a Isabel Pantoja (veo que tienes un gusto musical muy refinado). En fin, Vicente, te doy este consejo porque en el ayuntamiento de mi población deseo que trabajen personas entusiasmadas por el privilegio que supone ostentar el cargo de regidor. Ánimo, con el AVE tardarás 2 horas y 45 minutos. Estás a ese tiempo de la felicidad. No lo dudes.
Àlex Ribes
MANIFIESTO ESCRITO POR VICENTE CASAL.-
Martorell, 8 de enero de 2008
- Soy charnego, porque he nacido y vivo en Cataluña, soy hijo de colonizadores españoles que emigraron a Cataluña a mitad de siglo para “robar” a los señoritos catalanes, mi lengua vehicular para su desgracia es el castellano, no soy independentista y me niego a dejar de ser español. Mi madre vino a fregar y mi padre subía cestas a las casas, y aunque servidor esté orgulloso de ello, según los independentistas mi pasado es indigno y no tengo suficiente pedigrí para poder considerarme un auténtico catalán.
- Soy charnego porque paso de escuchar las retransmisiones de Joaquim Maria Puyal y prefiero Carrusel Deportivo. Soy de los anticatalanes que siempre compra el diario As o Marca, y que sólo leo Sport y Mundo Deportivo cuando pierde el Barça, siempre sin pagar y porque lo tienen en el bar, aprovechando el cortadillo. Soy un boicoteador de Cataluña porque no he domiciliado mi nómina en La Caixa, ni me gusta el cava.
- Soy un inadaptado social, un mal ciudadano para los independentistas y quiero destruir la raza catalana, porque me niego a ver el fútbol en TV3 y pongo La Sexta.
- Soy charnego porque me salen sarpullidos cada vez que veo en foto a Pilar Rahola, Lluís Canut, Mikimoto, Bassas, Xavi Torres y muchos más. Perjudica a mi salud una exposición mínima a cualquiera de los anteriormente mentados, todos ellos gorrones del sistema, depredadores de subvenciones, progresistas del ochomilerurismo, mamadores de tetas institucionales y feladores de la gran polla independentista que por desgracia tiene la llave de la caja.
- Soy charnego porque antes que escuchar o bailar sardanas prefiero Radio Tele Taxi, los Gipsy Kings, Camela, David Bisbal, la Pantoja y me despierto cada día con la voz de Justo Molinero. Pasé la noche de San Juán en La Isla Fantasía, voy a los conciertos de La Húngara y no he fallado a ninguna edición de La Feria de Abril. Vamos, que soy rumbero.
- Quiero erradicar la cultura y la raza catalana y debería abandonar Cataluña, porque me causan repulsa los gurús del independentismo de falsa doble moral como Montilla, Carod-Rovira, Joan Saura o Artur Mas. Deberían fusilarme porque siempre he votado a partidos nacionales y tengo la intención de seguir haciéndolo. Debo ser indigno.
- Soy un mal catalán porque siento animadversión por las series-culebrón-novelas de TV3 en general, y en particular me produce una repugnancia en grado superlativo las que cuentan con la aparición de Joel Joan, chamán del las hordas pseudonacionalistas, actor de medio pelo, ídolo e icono sexual de setentañeras con barretina y faja.
- Deberían expulsarme a mí y toda mi familia de inadaptados emigrantes de está fértil tierra que es Cataluña, porque no voy a ver los partidos de la selección catalana y en cambio, me tiro dos días fastidiado cada vez que nos eliminan en cuartos de final de mundiales y eurocopas.
- Voy en contra de la cultura catalana porque no me sé ni media estrofa del himno de Cataluña “dels Segadors” (…), pero tarareo en himno de España de pie, con la piel de gallina, cada vez que Fernando Alonso gana una carrera o Rafa Nadal, un torneo.
- No debería tener derecho a respirar el mismo aire que los políticos que gobiernan mi comunidad, porque el día que se votó el Estatut preferí quedarme en casa perreando y en caso de haber ido, hubiera votado que no. Etc.
No tinc paraules, m’ofereixo (tot i ser català) a ajudar a pagar el viatge d’anada i de no tornada d’aquest personatge a Madrid, tot i això considero que pel meu gust encara és massa a prop…
[…] Respuesta al manifiesto del Concejal del PP en Martorell, Vicente Casal: "Soy charnego… ¿y q… desdelamediterrania.cat/2011/06/30/carta-a-vicente-casal-… por carey hace 4 segundos […]
Doncs aquest impresentable és regidor. Fa uns mesos va dir al seu Facebook que en un país com cal Joan Saura i altres polítics haurien d’estar a Auschwitz.
Encara no me’n sé avenir que un regidor, encara que sigui del PP, hagi pogut fer unes declaracions com aquestes…
Autènticament, increïble, no puc ni creurem que una persona, pugui dir aquestes coses i més a més essent regidor. Sense comentaris. Visca Catalunya!.
Visca Catalunya lliure de paios com aquest…
Doncs a mi m’agraden els Gipsy Kings… Em preocupa (i molt!!) tenir encara que sigui una petita coincidència amb aquest individu.
Tranquil Álvaro, fins i tot ell, és oient de Justo Molinero, el que va dir que votaría ‘Sí’ a la independència.
Això demostra que es pot ser català i -també. tarat. Pobre home…