Te escribo porque últimamente he encontrado una fórmula para calmar mis tensiones psicológicas: escribir cartas a todos aquellos que, por sus actitudes o comentarios, encienden el motor de mi indignación. Sé que no las van a leer pero así me ahorro ir al psicoterapeuta. Además, me quedo muy a gusto… y es gratis.
El caso es que me gustaría expresarte claramente lo que opino de ti. Creo que te has convertido en un caso paradigmático y que deberías aparecer ya en todos los libros relacionados con la gestión de recursos humanos. En argot técnico lo que hace tu jefe es delegar funciones. En el lenguaje de la calle no eres sino un “correveydile”. Los madridistas dirán que Mourinho delega funciones cuando te ordena hablar en las ruedas de prensa (que, casualmente, suele ser cuando hay temas espinosos que no se atreve a afrontar). Los culés, lo que pensamos, es que eres como aquellos niños medio tontos que hacen de mensajeros cuando otros niños, un poco más listos, no se atreven a meterse con el líder forzudo de la otra pandilla. No te enfades con eso de medio tonto, intenta ver la botella medio llena. Ya sabes que el optimismo es fuente de felicidad.
Lo que sucede es que la clave del buen jefe es dar la impresión de un cierto sentido democrático ante el hecho de la delegación de funciones cuando, en realidad, las funciones realmente importantes, las decisiones que marcan el futuro, jamás se delegan. Quizá te sientas importante en las ruedas de prensa. Quizá creas que ser el foco de atención en esos momentos te convierte en el “special two”, pero analiza si, en realidad, el “special one” te tiene en cuenta en lo que verdaderamente importa.
Permíteme una broma. Somos muchos los que pensamos mal y nos preguntamos si Mourinho delega “todas” las funciones. Me explico. Si su mujer le reclama el derecho a roce y a él le duele la cabeza, ¿también te llama para que le sustituyas?
Venga, no te enfades. Se trata de un poco de humor catalán. Es como cuando los Ultra Sur a los que tanto defiendes gritan “Pepe, mátalos” o “Guardiola, maricón”. En nuestro caso, sin embargo, el humor es un poco más elegante.
Una última cuestión. He encontrado divertido el titular de tu rueda de prensa de ayer: hablamos de los árbitros cuando nos benefician y cuando nos perjudican. Quizá el que te escribe tenga poca memoria. La edad no perdona, pero deberías saber que nunca, jamás, ni una sola vez, encontrarás a un sólo madridista que admita que el árbitro les ha beneficiado. Es una ley física, tan irrefutable como el Principio de Arquímedes o la Ley de la gravedad. Busca titulares como yo he hecho y te darás cuenta de que el señor Google no miente.
Te pido una última cosa: convence a tu jefe de que no se vaya. Es el mejor entrenador del Madrid que ha tenido el Barça. Mientras, seguiré buscando el titular que diga “Karanka: el árbitro nos ha beneficiado”. Me temo que es más fácil que Pepe gane el Premio Nobel de la Paz o Sergio Ramos el de Literatura.
Àlex
Jo encara no he sentit ningú dir que el seu equip ha guanyat un partit perquè l’àrbitre l’ha beneficiat. Als seguidors del Madrid tampoc, digui el que digui Karanka.