Estimados, o no, ALGUNOS malagueños:
Lamento profundamente que el odiómetro que tenéis instalado en la parte más rancia de vuestro cerebro se haya disparado hasta límites insoportables para un ser humano. Espero que el aumento de pulsaciones, la taquicardia y la falta de respiración ante las palabras: “Descomptes fins al 50%. Les rebaixes més refrescants”, no os hayan provocado daños irreversibles en el hipotálamo. Siempre podéis iros a tomar unas tapitas para recuperar la calma habitual que se respira por el sur.
Es cierto, encuentro inadmisible que se haya colado un letrero en catalán en el paisaje urbano de vuestra ciudad. ¿Dónde vamos a llegar? ¿Qué se han pensado estos separatistas, nazionalistas, destructores y aguafiestas? Poner el letrero de un comercio en catalán precisamente en una calle que se llama Larios es algo inconcebible. Si por lo menos hubiese dicho “Gaudeix Coca Cola” os podríais hacer un cubata.
Eso sí, después de echar un pequeño vistazo a los letreros de los comercios que adornan vuestras calles me ha sorprendido ver que no aparece en los periódicos la noticia de que hay rótulos como Nike Factory Store, Quicksilver, Mothercare, Game Internity, The Phone House, Game Stop, Burger King, Chili Grill House, Ciao e Pizza, Dunkin Coffee, Kebab Hits, Taco Bell, Foster’s Hollywood, Mc Donald’s o Big Fun en la Plaza Mayor. Por lo tanto, concluyo que el problema no tiene que ver con la falta de costumbre ante la globalización, sino con el odio. El odio más profundo ante el catalán. Debe ser realmente jodido levantarse cada día con ese odio, con ese pensamiento refractario que provoca que te indignes con un “Descomptes fins al 50%. Les rebaixes més refrescants”. Por eso dejadme, ALGUNOS malagueños, que os ayude. A continuación, os voy a permitir que leáis un texto en catalán. Pero lo haré, pooooooco a pooooooco. Leeeeentamente. Si notáis alguna reacción psicosomática chunga, no continuéis. En todo caso, haceros militantes del PP o de UpyD para no sentiros apartados de la sociedad.
¿Vamos con la terapia? Adelante:
La gent odia…
Bien, ¿no? Sólo me he comido una letra. Tampoco es para tanto.
La gent odia a qui el fa sentir…
¿Qué tal? ¿Respiráis bien? ¿Las pulsaciones son correctas? Venga, que queda poco.
La gent odia a qui el fa sentir la pròpia inferioritat.
Es de Lord Chesterfield, un político inglés. No, el del tabaco, no.
En fin, ya sé que para curar el odio hay que ir poco a poco. A veces el humor y la ironía pueden ser unas buenas herramientas.
Ja, ja, ja, ja, ja !!!! Fantàstic !!!! M’he de traure el barret davant la vostra fina i esmolada ironia