Estimados, o no, “algunos vascos”:
He leído que Jáuregui ha dicho que el proceso independentista catalán “empieza a ser más sentimental que racional”. Espero que les diga lo mismo a los que se emocionan con el himno de España o a los que gritan con cada gol de la roja. Espero que les advierta que es más importante la razón que la emoción y que los sentimientos desvirtúan cualquier acontecimiento, cualquier proyecto vital o cualquier proceso social. Ojalá mire racionalmente a sus hijos y aleje cualquier tipo de emoción porque, llegado ese momento, descubrirá realmente en quién se ha convertido.
Por eso, porque concedo la misma importancia a los sentimientos que a la razón, porque tanto unos como otros nos humanizan, hoy voy a hablaros de lo que siento como catalán. Sí, a vosotros, a algunos vascos, que no a todos.
Me siento estafado. Cuando veo que tantas personas se han quedado en paro y yo me he de conformar con que me hayan recortado el sueldo porque, “caramba no estás tan mal, hay gente que está peor”. Sí, ya sé, en Catalunya no lo debo decir porque somos muy, muy ricos, y debemos contribuir a la solidaridad nacional. Ya, ya lo sé, en Catalunya nadamos en la abundancia y, si no lo hacemos, es por culpa del nacionalismo excluyente. El caso es que aquí lo hemos hecho todo mal y vosotros, todo bien.
Me siento indignado. Cuando me dan lecciones de economía y de solidaridad aquellos que tienen un concierto económico. ¡Tócate los aurreskus!
Me siento ninguneado. Cuando no me dejan votar, cuando sólo me preguntan cuando les conviene, cuando deciden ellos y me debo callar yo.
Me siento insultado. Cada día, en Facebook, en Twitter, en televisión, en las emisoras de radio. Y no ahora, desde hace años. Y no una vez, sino miles.
Me siento decepcionado. Cuando existía un grupo terrorista vasco y la gente gritaba “vascos sí, ETA no”. Pero no me siento decepcionado por ese hecho. Me siento decepcionado con aquellos que lo gritaban y que ahora se inventan fracturas sociales, crispaciones y violencia donde hay vías humanas, conciertos y actos pacíficos. ¿Dónde está el “catalanes sí, en democracia podéis votar porque no asesináis”?
Me siento perplejo. Cuando veo a los pijoprogres de izquierdas poniéndose un millón de camisetas en favor del Sahara o del Tibet pero giran la cara ante el proceso catalán.
Me siento tratado como un niño. Cuando debo soportar el paternalismo de unos y otros, de filósofos, de sociólogos, de periodistas, de escritores que, desde el púlpito de su falsa bonhomía, nos hablan como si los catalanes fuéramos menores de edad.
Me siento indefenso. Cuando el reverso de la moneda es el autoritarismo facha, casposo, reaccionario, amenazante, violento, beligerante y xenófobo que quiere reprimir la diferencia a golpe de tanque.
Me siento atacado. Cuando leo declaraciones de ministros, presidentes de comunidad, burócratas, chupabolis… Cuando se quiere españolizar a nuestros hijos, cuando se “cepilla” un Estatuto que apoyamos con votos, cuando los problemas se prohiben y los sordos hablan de diálogo.
Me siento perplejo. Cuando los que no viven en Catalunya parecen ser los que más saben sobre la sociedad catalana, su historia y su cultura. Cuando tantas y tantas personas han hecho de su vida una tertulia permanente con forma de pensamiento monolítico.
Y, en definitiva, me siento expulsado. Por todo lo anterior. Por la Historia. Por dignidad. Porque quiero ser una persona nueva, con nueva nacionalidad, con nuevas ilusiones. Porque así quiero que sea mi hija y los hijos de mi hija. Por el pasado. Pero, sobre todo, por el futuro.
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Estimado amigo (Espero)
Tienes toda la razón, así lo entiendo yo, en la argumentación de tu entrada y en las conclusiones que alcanzas en ella.
Tienes razón, desde mi putno de vista, en todo…menos en una cosa.
Qué demonios pinta la referencia al Concierto económico (y me imagino que también al Convenio) en esa lista de agravios.
Los vascos peninsulares, sabemos lo que tenemos y sabemos cuál es nuestra aportación a las partidas de de “solidaridad interterritorial” que se gestionan desde el Gobierno del Reino de España.
Los “vascos” a los que te refieres, no hablan de Cataluña como vascos, sino como españoles. Qué es, como entenderás, algo muy diferente.
Quiero creer que no es la existencia, en los territorios forales, de esos “pactos con estructura de tratados internacionales” que son el Concierto y el Convenio lo que te resulta indignante.
Por eso te agradecería que no “mezclases” las cosas.
Muchos vascos vemos con ilusión, esperanza y solidaridad el proceso de recuperación de sus destino que está realizando la nación de Cataluña, al menos su parte peninsular. Pero toda esa ilusión, esperanza y solidaridad, que es mucha, no implica que nos gueste que nos usen como “arma arrojadiza” en los debates entre catalanes y españoles
Atentamente
About Basque Country
Estimado amigo (que, al parecer, no formas parte de “algunos vascos”):
Te cambio tu concierto económico por mi déficit fiscal
Evidentemente no formo parte de los españoles nacidos en el pais vasco que se sienten más españoles que cualquier otra cosa.
Lo que me resulta triste y desconcertante es que los catalanes que sólo se sienten catalanes, traten a los vascos y su autogobierno ( y que sólo es una parte del que les corresponde) igual que lo tratan los españoles nacidos en Cataluña y que se sienten sólo españoles.
Lo único que pedía es que no se trate al Concierto de anti-solidario y que, mucho menos, se use como “piedra” para discutir con los españoles.
A no ser, claro esté, qiue se defienda la idea de que “si no lo tengo yo, no tiene derecho e tenerlo nadie” Porque ese es un camino muy peligroso…..
En todo caso, la idea no es cambiar una cosa por otra, sino conseguir. En poco más de 100 años en Cataluña se ha reflexionado sonbre la posiblidad de conseguir un sistema similar al del Concierto económico en dos ocasioes. las dos epocas de crisis económica. A principios del siglo XX y en la actualidad. Igual habría sido buena una reflexión pública a finales de los ´70 cuando se estaba redactando el Estatuto de Autonomía de Cataluña….
Yo soy un defensor de que todos tengan una herramienta similar, responsabilidad de recaudación- responsabilidad de gestión- responsabilidad de gasto. Es decir, prefiero estar rodeado de comunidades “con mayoría de edad”. Aunque puestos a pedir, prefiero que vascos y catalanes (y gallegos) formemos parte de la Unión Europea como estados soberanos y que podamos mantener estas discusiones en el Parlamento Europeo, la Comisión, o en la ONU…. por comentar.